Desde hace 3 semanas está en erupción el volcán puyehue, cuyas emanaciones de material piroclático, que rondan los 200 millones de toneladas por día (un dato no tan conocido), han provocado toda clase de inconvenientes en todo Argentiona y Chile.
La actividad volcánica también provocó otro tipo de emanaciones más fétidas aún: las miserias humanas todas juntas, en especial las de la clase política de todos los ámbitos del estado, que como era de esperar, entre la imprevisión, la especulación y el manoteo, no supo estar a la altura de las circunstancias
La actividad volcánica también provocó otro tipo de emanaciones más fétidas aún: las miserias humanas todas juntas, en especial las de la clase política de todos los ámbitos del estado, que como era de esperar, entre la imprevisión, la especulación y el manoteo, no supo estar a la altura de las circunstancias
La erupción vista desde las inmediaciones del Paso Samoré.
La dispersión de la pluma eruptiva atravesando la Patagonia Argentina, vista desde el espacio en la dirección más predomenante del viento en la región, las áreas de la estepa más alejadas del volcán, ubicadas en dirección este, fueron las más afectadas, ya que allí precipitó una gran cantidad de ceniza-polvo y no ha llovido en estas tres semanas.
Una breve crónica del fenómeno
En el día 4/6 hubieron 8 temblores entre las 9 y las 15, hora en que empezó a hacer erupción el Volcán Puhehue, ubicado a 90 km al noroeste de Bariloche, en territorio chileno. A partir de las 16 se oscureció totalmente el cielo y comenzó a caer arena volcánica y ceniza, a la par de escucharse fuertes estruendos y verse relámpagos. La lluvia de cenizas se cortó a media noche y no volvió a producirse, aparentemente por el cambio en la circulación del viento se fue para otrolado. El 5/6 todo amaneció cubierto de una arena color gris claro y salimos a dar una vuelta para registrar las consecuencias naturales del fenómeno en el paisaje. El 7/6 la columna eruptiva volvió sobre Bariloche, amaneció con una lluvia de barro formada por la mezcla de ceniza y agua, se cortaron los servicios hasta la media tarde y todo quedó cubierto con ese barro, mucho mas fino que la precipitación del día de inicio de la erupción. El 8/6 amaneció con un fuerte temporal de viento, de esos típicos del invierno, por momentos con lluvia, por momentos seco. El viento de a ratos levantó la ceniza y nos hizo recordar que durante unos meses será una gran molestia para la gente del lugar; además la ceniza que flotaba distribuida en el lago fue llevada y amontonada por el viento hasta la costa que bordea la cuidad, generando un extraño fenómeno de oleaje del agua saturada de arena pómez flotante, como si fueran olas de arenas movedizas. El 11/6 luego de varios días de lluvia, amaneció con poca nubosidad, lo cual permitió ver por primera vez con claridad la erupcióndesde Bariloche. Al día de hoy ya van tres semanas y muchas cosas han pasado, desnudado todas las miserias humanas, juntas y al mismo tiempo.
La erupción a tres semanas de inicada, vista desde Bariloche
Efectos inmediatos
La caída de cenizas y arenas volcánicas rápidamente cubrió todo de un manto de espesor variable, de acuerdo a la ubicación con respecto al volcán, los vientos se encargaron de desparramar el material expulsado de las entrañas de la tierra en distintas direcciones, pero principalmente hacia el este, teniendo en cuenta la dirección predominante del viento en esa región, por ende las regiones más afectadas fueron las ubidcadas en esa dirección con respecto al centro efusivo, independientemente de la distancia. Hacia la zona de la estepa, la situación fue mucho más grave, ya que la gran cantidad de ceniza caída era de tamaño polvo y no se registraron lluvias posteriores.
Era previsible? porqué no fue informada previamente la población?
Una de las polémicas desatadas fue la desinformación reinante al momento de producirse el fenómeno, la gente no sabía qué estaba pasando y los medios nunca informaron absolutamente nada hasta por lo menos una hora despúes de iniciada la precipitación de arena volcánica.
No obstante ello, en Chile estaba vigente desde varias semanas antes de la erupciuón un alerta amarillo en la zona del Volcán Puyehue, debido a la ocurrencia de movimientos sísmicos frecuentes en las semanas anteriores a la erupción, con epicentro en distintos puntos de la región e hipocentro a escasa profundidad (cuestión que revela precisamente el origen volcánico de dichos movimientos sísmicos). El alerta amarillo no implicaba la generación de pánico en la población, sino que apuntó a que los responsables sociales (estado, empresas y organizaciones civiles) revisaran y actualizaran los planes de contingencia y mantener aceitados sus mecanismos de aplicación por si eventualmente ocurría algo así (cosa que finalmente pasó). Lamentablemente no ocurrió lo mismo del lado argentino, donde el fenómeno sorprendió a la población y a todos los estamenteos del estado que en un principio no supieron cómo reaccionar. La polémica se generó luego, cuando tomó estado público que el hecho de no haber avisado previamente de la erupción y sus probables efectos fue una decisión política de las propias autoridades locales. Ya que no podrán ser juzgados por negligencia, seguramente en la conciencia de esos funcionarios inescrupulosos flotará por mucho tiempo la carga de ese acto deliberadamente fallido de incociencia suprema. Nuevamente, como sucede siempre (en Bariloche en particular y en Argentina en general) las decisiones del gobierno estuvieron supeditadas a la avaricia de unos pocos que siempre deja de lado el interés colectivo de la sociedad.
La ceniza volcánica está compuesta por diversos fragmentos de diferente tamaño, densidad y composición. En los lagos, los componentes livianos quedan flotando, los más pesados se depositan en el fondo y los más finos permanecen en suspensión, dándole una coloración grisácea al agua. Con posterioridad el viento se encargó de mover ese material también en el agua
Las autoridades... lejos de estar a la altura de las circunstancias.
Ni la nube volcánica pudo romper la nube flatuléntica en la que navega el cero político-empresario que maneja a su antojo los destinos de la región y el país.
El gobernador de Río Negro, Miguel Saiz, que curiosamente reside en Viedma, una ciudad más de dos veces menor que Bariloche, ubicada a 1000 km, brilló por su ausencia; unos días después, cuando ya esta ausencia era tremendamente notoria y despertaba todo tipo de críticas, se excusó de no hacerse presente en el lugar de la catástrofe diciendo que "no tenía un paraguas para proteger que no cayeran cenizas" Para intentar frenar la andanada en contra, mandó a su delfín César Barbeito (Ministro de Educación y al mismo tiempo Candidato a Gobernador de Río Negro), más a hacer campaña proselitista que a barrer las cenizas que tapaban todo Bariloche y en especial la de los techos de las escuelas a su cargo que se caen a pedazos. Además Miguel Saíz por esos días seguramente estaba en algo más importante (para él, obvio), como esperar infructuosamente la posibilidad de ser ungido compañero de fórmula para la reelección de CFK, ante la arremetida de rumores reinante por estos días, muy vociferados a nivel local.
En la vecina provincia de Neuquén los dilates no dejaron de formar parte del panorama desolador, ya que a pesar de haber media provincia cubierta del material expulsado de las entrañas de la tierra por la furia de la naturaleza, habían cuetiones de estado que en apariencia eran más importantes que atender los problemas que la catástrofe natural estaba desatando y como dice el dicho "el show debe continuar" y así también el show de la democracia, por ende el gobernador de esa provincia decidió priorizar el desarrollo de las elecciones provinciales, aún cuando una buena parte de la población de esa provincia hacía una semana que estaba aislada y sin prestaciones básicas y no había recibido ningún tipo de asistencia; consecuentemente y como era de esperar, una buena parte de la población afectada por el fenómeno no fue a votar.
Y ya que habíamos mencionado a CFK, no puede dejar de causar la más absoluta indignación los desafortunados dichos presidenciales referidos a la tragedia, minimizando la catástrofe y tratando directamente de ignorantes a los afectados. Una vegüenza total, parece mentira que un primer mandatario hable de esa forma, aunque indudablemente a esta altura ese personaje tiene bien ganado el status de inimputable, dada la aceptación que tiene en amplios sectores de la sociedad, a pesar del círculo de corrupción e impunidad que la mantiene en el poder.
Durante los primeros días, la erupción del Volcán Puyehue cambió completamente el paisaje de los andes patagónicos, principal recurso turístico de la región
Ante la inoperancia del estado en todos sus ámbitos, la población se organiza por su cuenta
El hecho de "no levantar la perdiz" antes de la erupción, trajo como consecuencia, además del desconcierto y la psicosis generalizada (incluidas las típicas avivadas del momento), una evitable y por ende injustificable demora en la asistencia a los afectados por esta catástrofe.
Y así, una negligencia desencadena otra como una suerte de efecto dominó, el apuro llevó a la improvisación y a una competencia por ser el primero en figurar, y en esa alocada carrera, luego de que los más acólitos hicieran alarde de obsecuencia debida, el primero en prenderse fue el gobierno nacional, que pretendiendo asistir a los afectados de la estepa distribuyendo fardos de pasto para sus animales cuyas pasturas estaban tapadas por las cenizas caídas, pero resultó que el pasto entregado era trucho. Consecuentemente, fueron las movidas solidarias organizadas por la población y sin participación de absolutamente ningún estamento del estado y ningún funcionario político (al menos en la organización) y ningún medio de los aparatos estatales o empresarios las que fueron exitosas, pudiendo llevar de manera efectiva algo de alivio a los afectados.
Mapa de dispersión de las cenizas del volcán Puyehue, extraído de "La actividad del Volcán Puyehue y su impacto en el territorio de la República Argentina" (Delpino y Bermúdez). Las áreas más afectadas corresponden al sur de Neuquén, la zona de Bariloche y toda la región de la Línea Sur (Jacobacci, Maquinchao y Los Menucos); en esta última el impacto fue mucho más severo, acentuado por la situación de marginalidad de la población y el clima extremadamente seco y ventoso que es mucho más hostil al de la húmeda región andina.
Novedosa, pero en el fondo no tanto
No puedo dejar de cerrar la nota haciendo alusión a la recurrencia del fenómeno de las precipitaciones de materiales piroclásticos en una zona volcánica por naturaleza, como lo es la Patagonia Argentina.
Hace tres años se produjo la erupción del Volcán Chaiten en Chile, que afectó mayormente a las ciudades de Trévelin y Esquel (Chubut); la caída de cenizas también llegó a Bariloche, causó los mismos problemas y sicosis en la población que ahora, aunque la mayoría ya se olvidó....
El Volcán Puyehue también tuvo erupciones registradas en 1895, 1914, 1921 y 1960; la de hace 51 años todavía es recordada por algunos antiguos pobladores, haciendo especial mención a la similitud de los trastornos provocados por la caída de cenizas volcánicas en el paisaje y la vida cotidiana del Bariloche de aquel entonces.
Entonces, si el fenómeno es probadamente recurrente, cómo es que ningún estamento y/o ámbito del Estado tienía un plan de contingencias para afrontar este tipo de catástrofe? Es evidente que en pleno siglo XXI el Estado está ausente en vastas regiones de la geografía argentina, fruto de años de negligencia e irresponsabilidad consentida de la clase política.