Ahora el Grupo Clarín fue autorizado por el gobierno de los Kirchner a vender triple play (internet, telefonía fija y TV por cable en un sólo combo), según un decreto presidencial publicado en el Boletín Oficial, si bien algunos sostienen que aún no están dadas las condiciones para que el negocio se lleve a cabo, aunque como ya sabemos, es cuestión de tiempo.
Al final era como siempre sostuve al principio de este seudo-embrollo (porque el conflicto en realidad fue una farsa, un bluff para distraer), Clarín y los Kirchner nunca dejaron de ser socios, lo de la pelea entre ellos era un discurso para la gilada, así como el supuesto de que la ley de radiodifusión era para perjudicar al grupo multimedio y cuánta pellorata más. Quién iba a creer que fuera así después de las fusiones autorizadas con anterioridad por los propios Kirchner, como la de Multicanal y Cablevisión, cuyo único objetivo fue crear un gran monopolio, contrariando los preceptos de la Ley Nacional de Defensa de la Completencia (no resulta llamativo que el gobierno no respete las leyes, hecho que corrobora una vez más que estamos gobernados por una banda de delincuentes).
Con esto cae definitivamente otra de las grandes mentiras oficiales para esconder los negocios entre el gobierno y la oligarquía, como lo fue el año pasado el acuerdo con los pooles de siembra para que sus pérdidas las paguen las PYMES del campo, hecho que desencadenó el conflicto con los diferentes sectores rurales.
Los negocios entre el gobierno de los Kirchner y la oligarquía son moneda corriente, el ingreso de su testaferro Esquenazi a Repsol, luego de cederle el privatizado Banco Santa Cruz,la intentona para que el Grupo Wertein se quede con Telecom, los acuerdos con La Serenísima o la filial local de General Motors y las montones de grandes empresas subsidiadas por el Estado; constituyen actitudes que revelan una pavorosa devoción por la economía regresiva y la verdadera estrategia para que la redistribución de la riqueza se acentúe desde los sectores más desposeídos hacia los más privilegiados.
Otro gran negociado a espaldas del pueblo indudablemente lo constituye el acuerdo con Barrick Gold Corporation para que los riesgos de la inversión minera sean soportados por todos los argentinos, ya que no pagarán impuestos y una buena parte de los insumos serán solventados por todos los ciudadanos de este país (reducido en los últimos años a la categoría de republiqueta bananera) garantizando el saqueo del patrimonio nacional y la impunidad para que los impactos ambientales de la megaminería no sean afrontados por la empresa. En este punto, obviamente, está incluído el aval del gobierno para avanzar con la persecución, censura, represión y criminalización de la protesta social llevada a cabo por las asambleas ciudadanas autoconvocadas en distintos puntos del país.
Está confirmado también que, ahora más que nunca, al menos desde el ámbito oficial, seguirá frenada la investigación para determinar la identidad y procedencia de los hijos adoptivos de Ernestina Noble, una noble señora, porque no seremos tan ingenuos como para suponer que este arreglo del triple play no incluye la continuidad del manto de impunidad para que nunca pueda esclarecerse este crímen de lesa humanidad.
Recordemos que la apropiación de menores quedó excluida de las leyes del perdón y constituyó el puntapié inicial para encarcelar definitivamente a los represores (y no la pantomima kirchnerista, como muchos creen), este caso podría constituir la caída del imperio multimedio, pero el gobierno inventó una confrontación (unidireccionada, porque Clarín se colocó la sordina y se llamó al silencio). La sociedad entre los Kirchner y el Grupo Clarín, desde ya, incluye el freno a esta causa judicial, mal que les pese a las Madres, a las Abuelas y al clancito de la Carta Abierta.
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