13/12/10

LA MEGAMINERÍA METALÍFERA AHORA ES NACIONAL Y POPULAR


Recientemente el gobierno anunció por todos los medios el “Acuerdo Nacional de Promoción del Diálogo Social en la Industria Minera” del cual no trascendió la totalidad del texto (como suele suceder en este tipo de componendas), pero sí claramente las intenciones a través de las propias palabras presidenciales, de por sí incoherentes, empezando por el nombre aparatoso del engendro enunciado que contrasta notablemente con el círculo selecto de quienes lo deben haber elaborado y los que lo han firmado, entre los que estaban incluso representantes de provincias con leyes que restringen el uso de sustancias tóxicas en la actividad, a los que aparentemente se le sumaron también representantes de algunas organizaciones, pueblos originarios y municipios, aunque esta versión únicamente fue deslizada por el Secretario de Minería de la Nación, sin ser confirmada por los propios involucrados. Ahora resulta que el gobierno nacional, en su “actitud de fuerte defensa del medio ambiente” quiere promover el “diálogo social” en la “industria minera” evitando que los conflictos en las relaciones laborales interrumpan o impidan el normal desenvolvimiento de la actividad o a lo sumo, que si estos se dan, sean resueltos mediante el diálogo y sin acudir a medidas como piquetes o cortes de ruta.

Nutrida concurrencia de representantes del "proyecto nacional y popular" entre los que se cuentan al viceprecidenciable Gioja. Si las mujeres retratadas en el salón donde se hizo el acto revivieran y se enteraran de que sus gigantografías son utilizadas como plafond para fogonear estos contubernios, seguramente se revolcarían en sus propias tumbas.

Según la presidente CF, para tener un “país serio” no hay que “hablar por hablar” y por eso nos da el ejemplo: La presidente no “habla por hablar” porque habla en nombre de las corporaciones transnacionales.
El discurso oficial es muy claro y confirma el sometimiento de la Nación Argentina y el servilismo de su dirigencia política a la voluntad de las grandes potencias económicas: descalifica la lucha y la protesta social que de hecho, ya viene combatiendo, con una férrea política de estado basada en la judicialización, represión tercerizada y criminalización de la protesta social, desde la totalidad de los ámbitos y poderes oficiales, a todo lo largo y ancho del país; además el discurso presidencial subestima la inteligencia del ciudadano, pretendiendo hacerle creer a la opinión pública que la megaminería transnacional no contamina y es compatible con la protección del ambiente, afirmando que Toda inversión minera con cuidado ambiental no es sólo viable, sino aconsejable; y tambien en sus dichos avala el saqueo de las riquezas nacionales y la devastación del territorio argentino, convalidando la legislación entreguista del menemismo, movimiento del que indudablemente ella y su difunto marido formaron parte de manera muy pro-activa.
Estos dichos presidenciales no son ningún invento de corporaciones mediáticas supuestamente opositoras o conspiradoras, la transcripción textual del discurso presidencial está sacada de la propia fuente oficial., así como también de cierta prensa para-oficial que no duda en enmarcar este anuncio en la estrategia que supuestamente tiene el gobierno para estrechar acuerdos sectoriales que sirvan de malla de contención de conflictos y pujas distributivas. Digo esto porque no sea cosa que algún nostálgico trasnochado, de esos que suelen tener siempre el gorilómetro cargado apuntando a cuanto ser vivo se desplace sobre la faz de la tierra, salga a vociferar la remanida y recurrente muletilla oficialista: que los ambientalistas también "son unos conspiradores que le hacen el juego a la derecha"

En la foto, CF con el dueño de la Barrick Gold, Peter Munk, y la bandera de su empresa, a la par de las nacionales, incluida la de Canadá, país de origen de la empresa, que por cierto es miebro de la Mancomunidad Britanica de Naciones (Commonwealth), ahora disfrazada como Mancomunidad de Naciones, integradas por aquellas ex-colonias que siguen manteniendo lazos verticlaes con la corona británica (es evidente que los británicos nunca se conformaron con invadir sólo las malvinas, ahora vienen por más y acá les abren las puertas). Ambos personajes de loa foto se suelen encontrar en las reuniones cumbres del G20 para elogiarse mutuamente, y ella ratificarle a él que su corporación puede seguir tranquilamente saqueando la Nación, despojando a sus habitantes de su riqueza y despreocupándose por las consecuencias ambientales, sociales o económicas de dicho saqueo, porque esos son detalles menores que acá los pueden controlar. ¿Se acuerdan cuando en los ´90 el gobierno hablaba de "relaciones carnales"? ¿cuál es la diferencia con lo que pasa ahora? evidentemente ninguna, salvo que hoy escriben "carnales" con K.
 
El modelo de devastación del territorio y destrucción del patrimonio nacional se vende en el exterior con el mismo discurso que hace 20 años atrás, urdido por los mismos artífices y pronunciado por los mismos prestidigitadores. Por eso, ante tanto intento político-empresario de confusión o burla al sentido común de la ciudadanía, la pregunta es la misma ¿Qué diferencia hay entre la fiesta neoliberal y el ladriprogresismo que constituye su continuidad? Y la respuesta es más que obvia: Absolutamente ninguna, sobre todo porque los ladriprogresistas argentinizadores (no confundir "argentinización" con "nacionalización" de las empresas privatizadas, son dos cosas completamente diferentes) en su totalidad formaron parte insustituible del menemato privatizador y por ende la confrontación mediática actual con la que nos bombardean a diestra y siniestra no es ideológica, como pretenden hacernos creer, sino una disputa empresaria entre viejos socios comerciales para quedarse con todas las empresas que deberían ser públicas (o sea de todos) y con los retornos devenidos del saqueo de la riqueza nacional (que también es de todos). Así las cosas, el papel del ciudadano común sigue siendo el de mero espectador ante tamaño despojo de hasta las propias esperanzas y también las de su descendencia, entonces ¿íbamos a esperar algo distinto, fuera del discurso cholulo, las banderas apócrifas, la militancia comprada y demás prácticas clientelares enquistadamente patéticas? Indudablemente NO, porque como siempre digo, esos tipos que exiben una gestualidad democrática decididamente trucha, siguen siendo más de lo mismo y de eso la gente ya está harta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario