16/8/11

SE VIENEN TIEMPOS COMPLICADOS...

 
Es claro que en Argentina el sistema de capitalismo burgués de raigambre especulativo y usurario ha demostrado con creces que es más estable que el sistema democrático y lo precede; consecuentemente tiene de hecho derechos adquiridos a la hora de laponderación en las decisiones que toman los responsables sociales sobre los destinos de la Nación y la ciudadanía a la hora de elegir a esos responsables. Esta concepción tiene su funesto corolario en cada miembro de la sociedad (especialmente aquellos que tienen algún tipo de carencia concreta) que se identifica exclusivamente con personajes multimillonarios, como políticos, empresarios, deportistas, artistas y demás personajes de la farándula.
La redistribución de la riqueza siempre es al revés de lo que vociferan, al igual que la matriz impositiva; y hoy las grandes corporaciones la levantan a paladas cada vez más y controlan el bolsillo de todos los argentinos; la matriz confiscatoria de este país va de abajo hacia arriba. De ahí que el futuro de lucha social ante tanta soberbia triunfalista puede volverse tambaleante por dos cuestiones: el desánimo ante tanta contundencia cuasi-arrolladora y la consecuente arremetida que tarde o temprano se vendrá del otro lado.
Siempre esta lucha ha sido desigual, pero evidentemente cada vez se hace más cuesta arriba y entonces uno se replantea el sentido que pueda llegar a tener tomar la decisión de asomar la nariz más allá de las cuatro paredes estrechas que le impone el sistema y arriesgarse a continuar en este tipo de cruzadas desgastantes cada vez más utópicas en las que nos embarcamos en pos de defender nuestros derechos fundamentales, viendo a los que caen a nuestro lado por reclamar una vida mínimamente digna en manos de un estado que sigue tomando la decisión de destinar recursos del patrimonio público para matar compatriotas.
La historia argentina ha demostrado con creces que los genocidios, los despojos y los despilfarros del presente no constituyen parámetro a la hora de decidir elegir o aceptar la imposición de modelos. No lo fue durante la dictadura, donde hubo una masa que consumía el discurso mediático del proceso, distrayéndose con todas sus puestas en escena (la plata dulce, el "deme tres", el mundial, guerra de malvinas, se acuerdan "seguimos ganando" y la plaza llena?) y se quedaba en el molde ante tanta muerte desfilando ante sus narices. Tampoco fue parámetro para elegir durante el menemismo, mientras se dilapidaban las joyas de la abuela, pero la masa estaba muy entretenida con el 1 a 1, viajar tres veces por año a Miami y el ingreso al primer mundo apabullaba y hacía ganar elecciones a rolete (de 1989 a 1997 fueron 5 en total). Tampoco lo es ahora, en la década hipócrita donde el genocidio continúa, si bien sus artífices se encargaron de cuidar las formas y renovar las metodologías, para que precisamente la retórica lo mantenga negado e inconcientemente lo suscriba; y si no me creen que el genocidio continúa, pregúntenle al que se despierta todos los días con un baño de glifosato o cianuro, al que lo despojan de su tierra, su idiosincracia y su paisaje, topadora mediante, al que por falta de esperanzas lo empujan a un exilio sin retorno y sin escalas del interior profundo a Buenos Aires, a los familiares de los muertos y desaparecidos de la democracia, etc.
El modelo expoliatorio y depredador es un tema completamente ajeno al debate político, lamentablemente otra vez quienes lo cuestionamos y criticamos a quienes lo han planificado e implementado, estaremos contra la corriente y seremos ante la masa una minoría cada vez más reaccionaria y evidentemente con la profundización del modelo ahora más que nunca y con mayor impulso van a venir por todo, por nuestros bosques, nuestras montañas, nuestros lagos, nuestros ríos, nuestros glaciares, nuestra biodiversidad, nuestro mar y nuestra tierra; y nosotros estamos en el medio y somos la resistencia, por ende el primer blanco donde descargarán todo su poderío, por eso sin dudas deberemos tomar ciertas precauciones para no caer en su política sistemática de combate a la defensa ciudadana de los bienes comunes, que como vienen ensayando, incluye desde la silenciación, hasta la descalificación, censura, represión en el peor de los casos, además de más y más compañeros que tendrán que desfilar ante los estrados de la justicia.
Los resultados electorales a lo largo y ancho del país obligan a efectuar un pormenorizado análisis al interior de las zonas afectadas por el despojo, la contaminación, la expoliación ; porque es evidente y me consta que los mismos que militan y forman parte de los colectivos de resistencia, oposición, reclamo por el agua, los mismos que sostienen posiciones en contra de la política extractiva que afecta los lugares donde habitan, esos actores sociales que forman las asambleas ciudadanas autoconvocadas, los colectivos de resistencia, también han votado a este gobierno nacional.
Está claro que hay que darse un tiempo para tomar envión, recluirse momentáneamente y disfrutar de los placeres que nos quedan sin tocar, puede ser una primera reacción o una salida momentánea, un sorbo de alegría en medio del bajón, pero estoy seguro que mañana no me conformaré sólo con ver florecer mi jardín, es evidente que cada vez será más difícil expresarse y habrá que tomar más recaudos que antes para que no nos bajen de un hondazo, pero creo que no debería haber claudicación, sólo reflexionar un poco y redireccionar estrategias, está claro que así como están las cosas vamos directo al abismo o en el mejor de los casos estamos condenados a la mediocridad eterna y lo lógico es que nadie como persona digna quiere terminar así, al menos a sabiendas, como nos puede pasar si nos dejamos succionar por el mensaje de la hipocresía, algo hay que hacer,
Solo se trata de salvarnos de algún modo. Todos en alguna medida vamos a lo genuino que nos da felicidad para no sucumbir. Luego de ese lapsus se siente que hay otros lugares donde se desea estar bien y por los cuales luchar. De más está decir que mañana la percepción sensorial de mi jardín florido como una realidad producto solo de mi empeño no me va a conformar. Porque por suerte uno expande el deseo de lucha, más allá de saber a veces a ciencia cierta que hipotéticamente es muy difícil alcanzar con plenitud los objetivos propuestos. Porque la resistencia se define en sí misma. Es activa, es creativa y solo se da cuando uno se desprende de uno mismo, liberándose de la subjetividad para construir otra diferente. Focault llama a esto 'prácticas de sí'.
Mañana estaré con mi corazón y mis antenas puestos en Mendoza, en la lucha contra la aprobación de la explotación de la Mina San Jorge, justo después de las elecciones, será una suerte de termómetro para tener un panorama de cómo sigue la lucha social en Argentina de ahora en más. En las cúspides del poder político-empresario están muy envalentonados con toda la efervescencia encima y cuando se les pase el enfieste seguramente pretenderán arrasar con todo escollo, llevándose a todo el mundo por delante. Por eso les va a venir muy bien a los mendocinos bajarles el copete a esos tipos en vista del futuro inmediato que pareciera no ser demasiado promisorio y nos verá con seguridad encaminados a una confrontación denodadamente desigual contra monstruos que cada vez tienen más ventosas, más cabezas y más brazos.
  
(con aportes de Mercedes Centena y Sandy San, a quienes dedico esta nota, agradeciendo sus revelaciones)

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