12/7/09

NUEVAS PATRAÑAS


Los argentinos asistimos a una nueva cortina de humo, más falsas gestualidades oficiales que corroboran el "más de lo mismo" como un acto de cotidianeidad de enquistada vigencia, como todas las pantomimas oficiales que vimos pasar (derechos humanos, proyecto nacional y popular, redistribución de la riqueza, carta abierta) que no esconden otra cosa que la voraz ambición para consumar la perpetuidad en el poder, a pesar del rechazo popular. A ese acto con características de embuste se le llama comunmente patraña.
Desde hace unos días ha invadido los medios como algo novedoso, el anuncio de un supuesto "llamado al diálogo" emanado desde el gobierno, con exponentes no especificados y una agenda incierta; a pesar de las imprecisiones que condenan el anuncio al fracaso antes de nacer, el hecho es avalado y magnificado por una larga lista de obsecuentes. Todos sabemos que este gobierno no puede sostener el diálogo ni siquiera en su propio seno, y teniendo en cuenta que nunca lo llevó a cabo con el resto de los actores sociales, suena inverosímil que a esta altura pretendan llevarlo a cabo con la oposición y con los demás sectores en discordia, menos aún con el reciente fracaso en las urnas. La convocatoria oficial al diálogo ¿incluirá a las miles de asambleas ciudadanas autoconvocadas que luchan contra el saqueo de los recursos naturales y la contaminación a lo largo y ancho del país? seguro que no... primero debería haber un gesto desde el gobierno para terminar con la persecución, represión y la criminalización de la protesta social, pero todo el mundo sabe que eso no va a suceder.
Para una gestión del gobierno, el diálogo con los distintos sectores de la sociedad debería ser algo normal, pero hoy asistimos a una convocatoria vista como excepcional y destacada como algo bueno, una suerte de lógica por demás inadmisible, vista desde más recatado sentido común del imaginario popular, que no entiende porqué son reinvindicados los políticos que en un dudoso lapso momentáneo de razón, tienen brotes de "extrena democracia" sin entender en realidad en qué se basa el ejercicio de la democracia (sin entender o más bien... sin querer entenderlo).
El otro tema puesto en el tapete por estos días es el del la siempre cajoneada y vilipendiada reforma política (o al menos una parte de ella).
La inverosimilitud de estos anuncios, imprecisos e improvisados, parte de la propia lógica kirchnerista, es imposible pensar en un rapto de vocación democrática, porque detrás de cada anuncio oficial siempre hubo algún negociado con el poder económico o alguna trampa política y es obvio que esta vez no tenndría porqué ser diferente. El propio NK alguna vez dijo "no me juzguen por lo que digo, sino por lo que hago". Tenemos que partir de la base que ni aún tras la derrota electoral, NK abandonará la estrategia original de los 16 años de gobierno (4 + 4 + 4 + 4). Para continuar con ese plan ahora quieren sancionar la ley de internas abiertas y simultáneas, una ley que ya existió, la ley nacional 25611, que nunca fue implementada mientras estuvo vigente, hasta que finalmente, sin pena ni gloria, en la más absoluta intrascendencia, se derogó en 2006. Fue el propio kirchnerismo el que impulsó esa derogación, la que finalmente se llevó a cabo en el Congreso, con el apoyo de todos los bloques de ambas cámaras, excepto los legisladores del Partiso Socialista y los actuales Proyecto Sur que fueron los únicos que se opusieron. ¿Cómo es que ahora el gobierno pretende volver a impulsarla?
La reforma política en Argentina sigue siendo una ilusión de unos cuantos soñadores, de la cual por momentos pretenden agarrarse quienes manejan, mediante patrañas, los hilos del poder. La bandera de la reforma política es como la de los derechos humanos en Argentina, no sirve absolutamente de nada izada a media asta.

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