17/11/12

VOLVIERON A DESAPARECER A JORGE JULIO LÓPEZ...


No es que Jorge Julio López volvió a aparecer y se lo chuparon de vuelta: es la forma dialéctica que se le ocurrió a Sebastián Echarry, del portal digital "La Marcha" quien escribió una nota periodística referida a la destrucción de una obra artística que había sido realizada en su homenaje, en una pared de la vía pública, en la ciudad de Mar del Plata, por parte de grupos de tareas que evidentemente operan para sectores fundamentalistas e intolerantes afines al gobierno nacional, tal como quedó plasmado en la misma pared donde se ejecutó este acto de atropello y censura.

Ilustración alusiva a la desaparición de Jorge Julio López, realizada por Chelo Candia, quien es autor de la historieta sobre la cual está basada el mural pintado en su memoria en Mar del Plata, que reciéntemente fuera tapado con pintura blanca sobre la que escribieron consignas afines al gobierno nacional.

El mural "desaparecido" estaba en una pared de los galpones de la estación de trenes de Mar del plata, ubicada en una de las veredas de la Avenida Luro (una de las vías públicas más importantes de esa ciudad). Había sido pintado hace un año y medio  y el autor de la historieta reproducida en el mismo había incluso participado en los pasos previos a su confección. Incluso unos días antes de que ocurrera esto, había sido restaurada con motivo de cumplirse 6 años de la última desaparicion física de Jorge Julio López.
La historieta narrada se denomina "Griten" y pertenece al artista Chelo Candia, oriundo de la Patagonia, reconocido muralista dedicado al arte popular de compromiso social (VER que hace y piensa), quien además es un referente social de gran reconocimiento. Particularmente en esta historieta, se ve reflejada de manera simple y contundente, la arenga silenciosa de los desaparecidos en democracia. La obra fue reproducida una incontable cantidad de veces, de diversas menras, estilos y artes a lo largo y ancho del país, reconociendo tal condición hasta su propio autor: "Creo que nunca una historieta argentina fue apropiada de tal forma por el pueblo"
No es la primera vez que hacen desaparecer murales alusivos a la memoria de Jorge Julio López, alguno de estos ataques includo tuvieron una difusión periodística mucho mayor que la ocurrida ahora.Tampoco es la primera vez que blanquean una obra de Chelo Candia: quienes nos mantenemos informados dentro del campo popular no podemos olvidarnos de hechos tan repudiables, como por ejemplo el ataque perpetrado a un mural pintado en San Martín de los Andes en memoria de Carlos Fuentealba, el cual luego de varias polémicas derivadas de la difusión que había tomado el hecho, por suerte, con posterioridad pudo ser restituido (desde este espacio de expresión se espera  y arenga para que ocurra lo mismo en este caso). La carga simbólica que representa la sucesión de este tipo de episodios y su posterior escasa difusión es siempre la misma, independientemente de quienes son o que piensan los ejeccutores de cada uno de estos actos vandálicos. Pero el delincuente que se siente impune no se conforma con su inescrupuloso accionar, de a poco se va cebando, simpre quiere dar un paso más: antes sólo banqueaban, ahora además de eso estampan su firma. Cuando se escucha decir "vamos por todo" es claro que no tendrán ningún tipo de escrúpulos para llevar adelante de la forma que sea, todo tipo de avasallamiento por la fuerza dentro del campo popular, para cumplir con ese objetivo, que en escencia es antidemocrático por donde quiera que se lo mire.

El mural antes y después del crimen cultural perpetrado: el lector podrá perfectamente notar en la foto inferior, pimero el empleo de una pintura berreta y rebajada para tapar una expresión artística realizada con esmero y sentimiento, talvez como una suerte de subliminal expresión de pensamiento que sin lugar a dudas revela implícitamente el tipo o calidad de ideas que pasa por la cabeza de las personas que tuvieron tal actutd. Otro hecho revelador de este acto de vandalismo es el empeño puesto en remarcar con esa pintura berreta y rebajada el tapado de las palabras con mayor significado del mural original: "a veces parece que los desaparecidos somos nosotros" por eso pregunto: quienes hicieron esto... ¿tendrán cola de paja en el hecho de asumir de facto el papel de "captores"? Finalmente, no puedo dejar de traer a colación el contenido ideológico de lo que dejaron escrito arriba de la tapadera: "con la democracia no se jode" algo que en definitiva pinta la coyuntura de fondo, un secreto a voces, una verdad de perogullo: en Argentina no existirá democracia mientras sigan habiendo desaparecidos.
 

"Griten" historieta original de Chelo Candia, plasmada en el mural "desaparecido"


Una pequeña reflexión final
 
La obra de artistas populares como Chelo Candia inevitablemente causan en las personas de bien un espontáneo apropiamiento (en el buen sentido de la palabra) de la misma o más del significado de las mismas, reflejado en el sentido de pertenecia que cada uno tiene con ese tipo de expresiones de pensamiento exteriorizadas de manera creativa y original. Esos estímulos intrínsecos despertados en estas creaciones derivan en la identificación que ocurre dentro de cada uno, en la afinidades de sentires que el común de los mortales no puede por diversos motivos, expresar de alguna manera. Y quiero recalcar lo del sentido popular espontáneo en la trascendencia de este tipo de expresión artística original, original la expresión y más auténticamente original su reproducción, circulación y trascendencia: sin ningún estamento del poder detrás, sin banderías políticas, sólo la gente, personas como quien en este momento escribe estas líneas o quien las está leyendo en cualquier lugar del país o el mundo.
El poder avasalla, irrumpe, destruye todo lo que se le interpone entre su camino y sus irrefrenables ambisiones de más y más poder, incurriendo para ello en prácticas cobardes que sólo intentan dejar plasmada la impunidad de su accionar. El poder intenta avasallar, usurpar y/o apropiarse de todos los estamentos y vehículos de expresión popular, sólo para expresar consignas de alineación dinástico-monacales. El poder pretende hacernos creer que estamos inmersos en una epopeya libertaria sin precedentes, con el único supuesto de que estamos mejor que antes, una verdadera apología de la mediocridad, que abusa al intentar todo el tiempo nivelar para abajo: comparándonos permanentemente sólo con lo peor del pasado, negando sistemáticamente cualquier instancia de superación o aspiración al bienestar. El poder pretende cumplir el papel de policía del pensamiento, pero falla, porque aplica estrategias propias del alienamiento, la cooptación prebendaria de conciencias y la cosificación de las personas, avasallando su dignidad y libertad de discernimiento.
 

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