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15/2/14

LA ETERNIDAD Y UN DÍA

por Eugenia Segura


Cien mil años tardan en estabilizarse los desechos radiactivos, en dejar de ser peligrosos. No existe en el mundo construcción alguna hecha por el hombre que haya durado ni siquiera la décima parte de ese tiempo, dice el nodo central de uno de los mejores documentales sobre la contaminación nuclear, “Into Eternity” (Hacia la Eternidad), que podía verse por You Tube hasta que una compañía curiosamente, llamada “Magic Hour” (Hora Mágica), obstruyera con un juicio de copyright nuestro derecho a enterarnos de ese dato duro. Iba sobre una especie de descenso al infierno que el director, Michael Madsen, hizo a un cementerio nuclear llamado Onkalo (que quiere decir “oculto”), en Finlandia, que casualmente quiere decir… Mejor no les cuento el final de la peli, por si alguna vez podemos recuperar el derecho a verla, nomás les digo que es tremenda y bella. Un viaje por los pasadizos del tiempo hasta ese vértigo que es para los humanos la idea de la eternidad.

Al lado de los cien mil años que demora una barrita de material radiactivo deshechada en volverse una inerte barra de plomo, mediante la desintegración atómica que transforma elementos radioactivos inestables en otros estables;  los treinta mil años que lleva la humanidad dando muestras de que en este planeta hay vida inteligente (¿la hay? Al menos eso parece desde la escultura más antigua hecha por el hombre, en marfil de mamut, que dataría de 40.000 años), parecen cosa de nada. Un parpadeo el día en que los primeros habitantes del suelo sudamericano pusieron sus manitas sobre una piedra, y les rociaron pintura, inventando al mismo tiempo el primer graffitti y el primer sténcil del mundo, hace 10.000 años. Una verdadera pintada, que quiere decir algo así como “estos somos, esta es nuestra huella, estas son nuestras manos. Y están, simple y bellamente, unidas sobre esta tierra”. O, como se ve en la peli que comentamos recién, también la comparación con los ya más recientes 5.000 años que hace que los Antiguos Egipcios construyeron las pirámides.

La cadena de desintegración del uranio radioactivo es prácticamente eterna, el uranio agotado que es descartado de la industria nuclear puede tardar entre 100 y 300 mil años para convertirse en un elemento estable, durante ese período se transforma en diversos elementos inestables, emitiendo radiación dañina para todos los seres vivos, hasta terminar en el plomo inerte. Para saber a qué elemento representa cada símbolo químico, se recomienda echarle un vistazo a la Tabla Periódica.


Menos que un parpadeo, entonces, los 25 años que lleva en el poder el genocida Gildo Insfrán –aunque  el autoritarismo y el miedo les haga sentir a los formoseños que es un tiempo larguísimo. Genocida aquí y ahora, carga con la muerte de muchos qoms, y, con la decisión de instalar en Formosa el reactor nuclear CAREM, acaba de pasar a otra categoría: la de genocida a perpetuidad. Porque, por algo que firmó en unos segundos en un escritorio, puede llegar a seguir matando hermanos hasta cien mil años después de la hora de su muerte, que –sólo la Parca lo sabe- tipito efímero a fin de cuentas, le va a llegar algún día.

Pero volvamos a la barra radioactiva, y a las construcciones hechas por el hombre, ya que el Dr. Raúl Montenegro, presidente de la Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM, con status consultivo en Naciones Unidas), y premio Nóbel Alternativo, se toma el trabajo de explicarnos qué es a ciencia cierta ese reactor nuclear experimental CAREM 150, del que nadie oír hablar en ninguna parte del mundo, salvo en Formosa. De todos los datos que da, hay uno que me llama la atención: en el centro del reactor hay una vasija de alta presión, con una pared de 11 metros de alto, 3,5 de ancho y “la peligrosidad  de lo que sucede en su interior puede calcularse a partir del espesor de su pared: 13 a 20 centímetros”.  Imaginemos la presión de los 61 elementos combustibles, cada uno (¡¡¡cada uno!!!) con cien (¡¡¡100!!!) barras de uranio escasamente enriquecido.  Junto al río Paraguay, sobre el Acuífero Guaraní, que es la reserva de agua dulce más grande del mundo, y nutre nada menos que al pulmón del planeta, el Amazonas. Más adelante dice que esas barras, luego de recorrer kilómetros desde Buenos Aires hasta Formosa, en camiones por rutas de provincias que tienen leyes que prohíben el traslado de material radiactivo (Chaco y Santa Fe), terminarían su recorrido en piletones con paredes aún más delgadas que las de la vasija.

Nada de cementerios nucleares subterráneos como el “Oculto” de la peli Hacia la Eternidad, lo que se oculta aquí desde hace varios años, es adónde van a poner el reactor y los piletones, esos veinte centímetros que separarían no sólo a los habitantes del Chaco, Misiones, Santa Fe y Santiago del Estero de un posible Formoshima –si ocurriera un accidente de grado 7 como el de Chernobyl- sino también, apenas 20 centímetros de pared entre la lenta e inexorable contaminación radioactiva cotidiana a formoseños y paraguayos a ambos lados del río.

Levantar la cabeza

Como nos sucede a nosotros con los uruguayos por el conflicto por la papelera UPM-Botnia en Gualeguachú, como nos sucedería con los chilenos si tomáramos conciencia de la dimensión del estrago que el proyecto Andina 244 está haciendo en un campo de glaciares, a sólo 20 km de la frontera con Mendoza-, o como se corren así como si nada las líneas divisorias con Boliva por una mina de hierro (porque,  acaso alguien puede creerse el verso de que es solamente porque quieren construir ¿¿¿una ruta y una escuela???), estas decisiones tóxicas y unilaterales producen inmediatamente alarma en las Cancillerías del país que, sin comerla ni beberla, precisamente se va a tener que comer y beber –y fumar- la contaminación de arriba. Y como por arte de magia, hermana de una forma nunca vista a los pueblos que sí o sí encaran la resistencia, porque están en juego cosas como la vida, el alimento, el aire y el agua, cosas que no se transan. La matriz en todos casos es idéntica: por algún proyecto extractivo y depredador, y por razones que no sería largo enumerar: la codicia, la sed de poder y la estupidez de unos pocos. Depende de cómo se la mire, una frontera divide o conecta. Y de esa mirada depende nada menos que la salvación del planeta y de la especie humana, o, ya lo sabemos, nos devoran los de afuera.

Un hermano paraguayo me escribe: “Necesitamos de la fuerza y el apoyo de todos los argentinos de bien  para frenar esta locura que pisotea el valor de las vidas de todos. Justo ahora, que estábamos empezando a levantar cabeza, nos vienen del otro lado de la frontera con esta obra del demonio. La tendencia en el mundo desarrollado, después de la tragedia en Japón, es desmantelar centrales nucleares, y en Formosa ¡quieren lanzar prototipos experimentales! Es demencial, habiendo tantas alternativas más baratas y saludables. Necesitamos su ayuda y pronto… un abrazo fraterno a la distancia”.

Esa frase, que vaya si los argentinos también nos la sabremos, me duele doblemente en boca de un paraguayo. Porque, si bien toda la historia latinoamericana podría sintetizarse en ella: justo ahora, que estábamos empezando a levantar cabeza… viene una fuerza extraña y nos la pisotea –llámese  imperio tal o cual, llámese trasnacionales, llámese nuevo orden mundial o como quieran- en el caso del Paraguay, no me va a alcanzar la vida para pedirles perdón por esa guerra absurda y cruenta en la que, por el solo hecho de que habían decidido crecer y desarrollarse a su modo, sin endeudarse ni depender de ninguna potencia extranjera, fueron masacrados  todos los varones y muchas mujeres y hasta niños que tomaron las armas para defenderse. Fueron destruidos sus trenes, fábricas y astilleros. Y, encima, levantar cabeza del dolor de que fueran sus propios hermanos argentinos, brasileños y uruguayos, quienes les estaban haciendo eso.

Los responsables de construir y poner en funcionamiento el reactor nuclear en Formosa no han brindado ningún tipo de información respecto de los riesgos ambientales que puede traer aparejado su funcionamiento, la población tuvo que recurrir a otras fuentes para enterarse de qué se trata y los peligros latentes. En caso de ocurrencia de accidentes tipo grado 7 (como el de Chernobyl), la contaminación radioactiva podría cubrir varias provincias argentinas y la totalidad del Paraguay. El gobierno de ese país ya viene expresando su preocupación al respecto, sobre todo por el hecho de haberse enterado del proyecto a través de los medios y no por una comunicación oficial del gobierno argentino, como correspondería…


Y ahora, viene la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) a decirles y a decirnos que esa vasija de 20 centímetros de espesor no es peligrosa, sino por el contrario muy progreso y puestos de trabajo, y la energía más rechinante de limpia que existe. Como si fuéramos tan idiotas que se nos hubiera pasado inadvertido Chernobyl, y la enorme paradoja de que en Japón primero Hiroshima y Nagasaki, y luego un terremoto y una enorme ola tragándose los autos y las play stations y los carteles de neón, y cuanto aparatito electrónico alimentaran, por un rato nomás, con los milenios de cánceres y malformaciones genéticas de Fukushima, ese sueño tecnocrático hecho pedazos.

Algo hay que decir con respecto a la CNEA, por estos lares todavía estamos esperando que se haga cargo de los desastres cometidos a todo lo largo y ancho del país:

  1. Pague las millonarias multas impuestas por la contaminación del Arroyo El Tigre (Mza, 10 años).
  2. Remedie los pasivos ambientales en la mina Sierra Pintada, la mina Huemul y las colas de uranio en la Ciudad de Malargüe (Mza,  8 años).
  3. Cierre definitivamente la planta Dioxitex (Córdoba, 6 años).
  4. Desista de efectuar minería de uranio en los Parques Nacionales de Talampaya (la Rioja) y Los Cardones (Salta).
  5. Presenten el Estudio de Impacto Ambiental de la planta de enriquecimiento de uranio de Pilcaniyeu (Río Negro, 30 años).
  6. Presenten el Plan de Contingencias del Centro Atómico Bariloche y dejen de volcar metales pesados en los efluentes cloacales que van a parar al Lago Nahuel Huapi.
  7. Cierre de la mina Cantadero, ordenado por la Municipalidad de La Rioja, porque sus “medidas de seguridad con tecnología de punta” eran un par de piletas Pelopincho  donde vuelcan efluentes de cutting y lixiviantes (La Rioja, 1 año).
  8. Se retire de todos los municipios que se han declarado No Nucleares.
  9. Reconozca las pruebas en su contra presentadas ante la justicia y remedie la contaminación en Ezeiza (Buenos Aires, hace rato).
  10. Deje de tunear las piezas obsoletas de Atucha I y II, por otras un poco menos obsoletas, y frene el experimento del CAREM 25 (Luján, Pcia de Buenos Aires).
  11. Cierre definitivamente la Central Nuclear Embalse (Córdoba), en cuyo entorno han pescado peces con tres ojos, como el de los Simpson…
  12. Desista definitivamente de instalar el basurero nuclear en Gastre(Chubut).
  13. Nos diga de una buena vez dónde corno piensan instalar el CAREM 150 de Formosa, a qué tenerlo oculto, a qué tanto misterio.


La tecnología de vanguardia que emplea la CNEA en la Mina Cantadero (La Rioja) consiste (entre otros moernosos adelantos) en utilizar piletas pelopincho como una suerte de "diques de cola" donde se depositan los lodos perforantes y el cutting. Además de ser de punta, esta tecnología pareciera ser completamente segura e inocua: nótese el cuidado puesto en esas faenas que una de las pelopincho se está desbordando y esas aguas, que vaya a saber qué contienen, escurren a raudales barranca abajo...


Probablemente, tengamos que esperar una eternidad para que la CNEA trate de remediar lo irremediable. O mejor, en vez de quedarnos sentados de brazos cruzados cien mil años a ver si se dignan, nos levantemos todos juntos un día para que desmantelen sí o sí todo lo relacionado con la energía más nociva y peligrosa que jamás haya pisoteado la cabeza de todo el planeta. Existen otras energías limpias y gratuitas, tanto o más poderosas, ya hemos escrito sobre eso: es cuestión nomás de levantar la cabeza. Nos toca a todos nosotros elegir qué mundo queremos, ahora que estamos acá, entre la eternidad y un día.
 

4/6/10

FINALMENTE EMPEZARÁ A FUNCIONAR PLANTA DE ENRIQUECIMIENTO DE URANIO CERCA DE BARILOCHE

 
El 29 de julio de 2009 la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) presentó un pedido de "uso de agua pública" captada del Río Pichileufu para ampliar la dotación al Complejo Tecnológico Pilcaniyeu, incrementando la capacidad de captación del 10 m3 por día (10 m3/día) a 43 m3 por hora (43 m3/h); o sea que si tomamos la misma unidad de medida, para tener más claro la proporción del incremento, pasarán a consumir de 10 a 1032 m3 por día y considerando que 1 m3 = 1.000 litros, el consumo de la planta será superior a un millón de litros por día. 
El proyecto recién tomó estado público en abril de 2010 con la publicación de los edictos de rigor que exige el trámite. En la tramitación iniciada el año pasado, la CNEA detalló que los volúmenes de agua captados se destinarán a "consumo humano y refrigeración en el Complejo Tecnológico Pilcaniyeu". Así se desprende además del texto de los edictos publicados el 28 de abril 2010, en el Boletín Oficial y Diarios de la Provincia de Río Negro; sin embargo el superintendente del Departamento Provincial de Aguas del Gobierno de Río Negro (DPA), aseguró en declaraciones públicas que el nuevo caudal sería destinado a "consumo humano y sanitarios", sin mención alguna de la refrigeración de equipamientos señalada por el solicitante.El intendente General de Recursos Hídricos, Daniel Petri, minimizó la omisión atribuyéndola a un error y anticipó entonces que el próximo 27 de mayo se realizaría una charla informativa con los vecinos de Pilcaniyeu y los pobladores de la zona para informar los pormenores de la obra y recabar las inquietudes (dicha reunión finalmente se realizó).

Antecedentes sobre el Complejo Tecnológico Pilcaniyeu

Conviene recordar que el denominado Complejo Tecnológco Pilcaniyeu fue construido durante la dictadura y en 1983 empezó a operar. Posee montadas en dicha localidad las siguientes instalaciones, con capacidad de reiniciar sus operaciones en cualquier momento:
1) Planta de Hexafluoruro de Uranio
2) Planta Piloto de Enriquecimiento de Uranio por difusión gaseosa
3) Conjunto Crítico RA 8, conjunto crítico del reactor CAREM de potencia 10 W, combustible: uranio enriquecido al 1,8 y al 3,4% en 235 U, en barras cilíndricas
4) Modulo Experimental SIGMA (Separación Isotópica Gaseosa por Métodos Avanzados)
Otras instalaciones: 5 plantas y laboratorios principales y otras instalaciones menores.

Nada nuevo en el frente:

En 1983 la Comisión Nacional de Energía Atómica argentina (CNEA) anunció que había enriquecido uranio en la planta secreta de Pilcaniyeu, con fines científicos. Luego el entonces presidente Raúl Alfonsín llegó a un acuerdo histórico con Brasil para sepultar los proyectos bélicos de las dictaduras y controlarse recíprocamente. Nuestro país dispone -en las instalaciones de Pilcaniyeu- del proceso que permite enriquecer al uranio, aumentando la concentración de los átomos más pequeños en relación a los más grandes. Con ello es posible producir un combustible más limpio y más eficiente que genera energía a menor costo. Los científicos llaman al uranio más pequeño Uranio 235 y al más grande Uranio 238 -existe el Uranio 234, pero este no es importante para producir energía-. Muy pocos países saben cómo enriquecer, y Argentina se encuentra entre ellos. “Para producir energía eléctrica de los átomos de uranio no tan sólo hay que saber fabricar una central nucleoeléctrica sino también saber preparar un buen combustible para que la misma opere”, según el científico Daniel Pasquevich del Centro Atómico Bariloche. La Argentina dominó en 1983 la tecnología de enriquecimiento de uranio en la planta secreta de Pilcaniyeu, ubicada a pocos kilómetros de Bariloche, y es uno de los diez países que conquistaron este desarrollo tecnológico. El denominado enriquecimiento del uranio permite en los reactores aumentar el rendimiento de este mineral que se constituye en el elemento combustible de las centrales nucleares. Argentina logró cerrar todas las etapas del denominado ciclo del combustible cuando en 1983 logró enriquecer uranio, mediante un método tradicional, en la planta de Pilcaniyeu. En Pilcaniyeu funciona una instalación sofisticada donde se logró en aquella época producir el hexafluoruro de uranio a partir del cual se extrae el uranio enriquecido. Este combustible permite generar, tras una reacción atómica, mucha más energía que el uranio natural. Si bien en 1983 se consiguió obtener uranio enriquecido en la planta de Pilcaniyeu fue sólo a modo de prueba. Actualmente ese combustible nuclear se compra en el exterior para alimentar las centrales nucleares argentinas. La planta de enriquecimiento de uranio de Pilcaniyeu, cerrada en los primeros años de la década de los 80, funcionó brevemente en el terreno experimental y apenas alcanzó a operar en pequeña escala. El gobierno de Néstor Kirchner anunció el año pasado (2006) la reactivación de su plan nuclear con el objetivo prioritario de poner en servicio en 2009 Atucha II, su tercera central nucleoeléctrica, y el posible anuncio de la construcción de una cuarta. El plan nuclear que Kirchner anunció tiene un punto que es más político—estratégico que económico: la reactivación de la planta de enriquecimiento de uranio con fines pacíficos de Pilcaniyeu. Pilcaniyeu fue construida en secreto por la CNEA y su puesta en funcionamiento se anunció, previo aviso al entonces presidente electo Raúl Alfonsín, a fines de 1983. Con la tecnología de Pilcaniyeu la Argentina pasó a ser miembro del club de diez países liderados por EE.UU. y Rusia —al que ahora se sumó Irán— que dominan en forma completa el ciclo del combustible nuclear. Pero durante el menemismo esta planta piloto se paralizó por una drástica reducción presupuestaria. Antes de 1994, la CNEA tenía unos 5 mil científicos, técnicos y administrativos, manejaba las centrales de Atucha y Embalse y llegó a tener un presupuesto de 900 millones de dólares. Hoy hay unos 2.000 empleados: el resto fue a la empresa que controla las centrales o al retiro voluntario. Un proyecto tan presionado se defendió con el talento: el INVAP, el Instituto Balseiro y otros emprendimientos han continuado con su excelencia. La decisión política que tomó Menem tuvo como objetivo potenciar las relaciones con EE.UU. Si bien es cierto que se dieron pasos correctos las consecuencias para el desarrollo nuclear argentino fueron muy serias. (extracto de "Irán, Pilcaniyeu y el uranio enriquecido/Por Eduardo Varela")

 Complejo Tecnológico Pilcaniyeu

Y ahora qué?

Los nuevos anuncios sobre la reactivación de la planta de Pilcaniyeu y la posible utilización de agua del Río Pichileufu motivó la reacción de los vecinos, quienes se autovconvocaron para oponerse a dicha inciativa, además se conformó una comisión específica y se convocó a las localidades vecinas a apoyar el rechazo al proyecto. Entre otras cosas se solicita que Pilcaniyeu sea declarado "municipio no nuclar" como ya sucede en varios de la zona.
De manera fundada, las dudas de la población respecto a los posibles efectos derivados del funcionamiento de la planta, están dentro del marco de la ley, que prevé la figura del principio precautorio (art 4, ley nacional 25675) ante la falta de certeza, ya que no está determinado, o al menos no se ha informado:

  • Si la extracción de agua afectará el caudal del río, recordando que el pPichileufu es un río de estepa que mantiene un caudal mínimo la mayor parte del año y sólo presenta crecidas en épocas de precipitaciones, que en esa zona son relativamente escasas, las cabeceras de su cuenca de alimentación está fuera de la región húmeda de los bosques australes que da origen a los grandes río patagónicos.
  • Los escasos datos disponibles respecto de su caudal indican que es un río de régimen bastante irregular, manteniendo la mayor parte del año un caudal mínimo y registrando grandes crecidas de corta duración que inciden en el módulop medio, pero que de ninguna manera aseguran una disponibilidad continua de grandes volúmenenes.
  • Se desconoce si la captación de agua y/o el posible vertido de efluentes pueda afectar las características físico-químicas del agua (que es utilizada aguas abajo por pobladores para riego y consumo personal) o las condiciones ecológicas del río, que instituciones científicas consideran como singulares y de gran valor para la conservación, además ser importante por su uso recreativo-turístico, con el importante beneficio que ello implica para la comunidad local y poblaciones vecinas.
  • El funcionamiento de la planta seguramente implicará el transporte de sustancias tóxicas y/o radioactivas por las rutas de la región, desconociendo cual será el itinerario de las mismas, teniendo en cuenta sobre todo que el área se halla próxima a la Reserva de la Biosfera Corredor Norpatagónico y que las rutas a emplear para rl transporte de estas sustancias actualemente constituyen importantes corredores turísticos que prácticamernte motorizan toda la vida y la economía de la región. Estas rutas además atraviesan ciudades, atractivos turísticos, escenarios naturales y parques nacionales, desconociendo si las autoridades de aplicación correspondientes están al tanto de ello (Administración de Parques Nacionales, entes provinciales de turismo, municipios, etc.).
  • Otras cuestiones como emisión de ridos, radiaciones, gases, efluentes o posibles vertidos al agua, aire y/o suelo, etc. y su posible impacto en estos y en la flora y fauna terrestres y acuáticas. En este sentido se debe exigir como condición restrictiva un estudio ecológico de base antes de que se inicia cualquier tarea tendiente a la puesta en funcionamiento, conra lo cualñ debiera imponerse un amparo judicial, ya que sin esta condicion sería imposible efectuar un monitoreo ambiental (¿cómo se puede constatar que hay modificaciones de las condiciones ambientales si no se conocen previamente sus variables?) y de esta manera se estarían violando los principios de la política ambiental establecidos en el art 4º de la ley nacional 25675.

Es evidente que al ser construida hace ya décadas, la planta no posee estudio de impacto ambiental, sin embargo sería menester contar con un informe de partida, además como nunca operó, sí sería exisgible un estudio de impacto ambiental en lo que hace a su puesta en funcionamiento, donde indudablemente entre otras cosas se deberá informar a cerca de los puntos anteriores y se deberá convocar a una audiencia pública, tal como lo prevé el presupuesto mínmo fijado en la ley nacional 25675 (ley General del Ambiente).
Existen vías administrativas y legales para frenar el proyecto o suspenderlo hasta tanto las demandas populares no sean atendidas, también está la movilización, que indudablemente se producirá si los pobladores locales y en especial los de la región y en especial los de Bariloche, ya que su economía depende en forma casi exclusiva de los servicios ambientales que pueden verse afectados por la puesta en marcha del proyecto.
Por las implicancias que tiene y la falta de precisiones de los responsables, el tema seguirá  siendo tratado en este espacio.

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