21/4/15

INCENDIOS EN CHUBUT: CARTA AL PAPA FRANCISCO


Irupé Falabella entrega a Gustavo Vera, la carta
dirigida al Papa Francisco, por los incendios de
bosques nativos en Chubut, en su despacho de
legislador porteño, el día 14 de abril pasado.
Irupé Falabella es una vecina nacida en El Bolsón, que vivó varios años en Villa La Angostura y actualmente reside en Buenos Aires. Preocupada desde lejos por los incendios de bosques nativos en Chubut, los mismos que enmarcaron los paisajes de su infancia y adolescencia, se le ocurrió que su aporte desde su lugar de residencia, podía ser escribirle una carta al Papa Francisco...
Mientras me encontraba realizando los informes relativos a esta temática, que pueden ser visualizados en este espacio de expresión, Irupé se contactó con migo para solicitarme el uso de la información aquí vertida para la redacción de su carta y luego proceder a la revisión y corrección de la misma, además de ver la forma de hacérsela llegar, cosa que finalmente se concretará a través del contacto con Gustavo Vera, hombre luchador de la Fundación Alameda, quien mantiene un vínculo fluido con el ex-cardenal Bergoglio y actualmente es legislador porteño.
A pesar de no compartir la fe católica, pienso (al igual que la autora de la carta) que este acto simbólico puede ser una herramienta más de las tantas que estamos empleando para visibilizar el tema, sensibilizar a la sociedad e intentar conseguir los respuestas oficiales que hasta el momento no llegan... por más que somos miles que con nuestra voz tratamos de trasponer el muro de oídos sordos que controlan todos los estamentos del poder...
Muchas Gracias Irupé Falabella.


El texto de la carta:

Buenos Aires, 13 de abril del 2015

Su Santidad, Papa Francisco.

Mi nombre es Irupé. Con 26 años de edad, soy una persona de fe, que ama al planeta donde vive, y lucha por lo que ama.
Cuando era pequeña, alguien me dijo que en el Génesis de la Biblia, se menciona un lugar de salvación para la humanidad en momentos de Apocalipsis, ese lugar seria donde se juntan el Ciprés con el Arrayán. Estas dos especies de árboles las vemos compartir el mismo suelo únicamente en los bosques nativos de la Patagonia.
Sinceramente, no me he preocupado en leer la Biblia y corroborar esta teoría. Pero la dogmaticé, y así me imaginé que el lugar de la salvación tendría algo que ver con el Paraíso, el Paraíso para los que todavía estamos en la tierra.
Ahí es donde crecí, respetando y amando cada porción de tierra, gozando del aire puro y fresco, ese que se siente cuando se respira: aire de bosque. Agradezco a la vida por haberme dado el privilegio de transformarme en parte de una región única en el planeta, que contiene fenómenos naturales extraordinarios, áreas de una belleza natural y una importancia estética excepcional. Además de contener los hábitats naturales más importantes y más representativos para la conservación in situ de la diversidad biológica: bosques de árboles milenarios que albergan especies amenazadas que poseen un valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia y la conservación.
Sé que la vida se trata de opuestos buscando un balance: blanco y negro, bien y mal, belleza y espanto. Pero sinceramente me duele pensar en cómo el “Paraíso” de un momento para el otro puede llegar a transformarse en un “infierno”.
El 14 de febrero se activó el incendio forestal más grande en la historia de la Patagonia Argentina, después siguieron otros, fueron 2 interminables meses de fuego. Hoy, gracias a Dios, las lluvias y los primeros fríos que llegaron con abril, lo están terminando de extinguir, esperemos que definitivamente.
El clima excepcionalmente cálido y seco de esta temporada, la falta de inversión en prevención, la escasez de recursos para el combate, el silencio y la falta de intervención por parte del Estado, fueron motivos favorables para que el fuego se propagara velozmente volviéndose incontrolable, quemando 60 mil hectáreas de bosques nativos andino patagónicos de la provincia de Chubut. Una tragedia ecológica sin precedentes para la Patagonia.
Podrá imaginarse que dentro de las 60 mil hectáreas afectadas por el incendio, hemos perdido bosques de todos los tipos:
  • Bosque valdiviano, conformado por arboles de alerce que pueden vivir mas de 3.600 años. Además, por muchas otras especies como el laurel, palo santo, arrayán, avellano.
  • Los bosques de coihues con ejemplares que pueden alcanzar hasta 40 metros de altura y vivir hasta 600 años, estos gigantes están acompañados por una gran variedad de especies de arboles menores y arbustos.
  • Los cipreses, son árboles que pueden llegar a vivir 400 años, junto con el maitén, radal, laura, notro, etc. Conforman otro tipo de los bosques nativos.
  • También habían bosques de Ñires y otros de Lengas.
  • En las orillas de ríos y lagos, aparecían pequeños bosquecillos de Arrayán y Pitra.
  • Los cañaverales estaban conformados por la caña Colihue, matas densas enmarañadas que se tornan impenetrables, pero que son refugio de una abundante fauna.
Obviamente, todo esto se perdió y se estima que la fauna del lugar también fue severamente afectada. Según el Inventario Nacional de Bosques Nativos, existen aproximadamente 1 millón de hectáreas de estos bosques en Chubut, de los cuales se quemaron 60 mil, en tan sólo dos meses…Si los bosques son esenciales para el agua dulce; y el agua dulce es esencial para la vida. Me da terror pensar en las consecuencias que este desmantelo de árboles nos va a dejar. Teníamos bosques milenarios que bordeaban fluctuosas cuencas de agua dulce y potable. Dos de las más poderosas del país han sido afectadas por el incendio, las de los ríos Futaleufú y Puelo. Las estadísticas nos revelan que estamos ante dos de las cuencas hídricas superficiales mas activas de Argentina.
Ojala algún día dejen de verse a los bosques como un simple almacén de madera, y ver a los ríos, acuíferos, humedales y lagos mucho mas que simples depósitos de agua. Ahora además de quedar un trabajo titánico para ayudar a recuperar nuestros bosques, tenemos que luchar para que nos permitan ayudarlos. Solo tenemos que dejar esas tierras intangibles para volver a verla brotar. Pero no es tarea fácil. Somos miles de personas transitando por una gran angustia e impotencia, luchando, cada cual como puede, para poder hacer resucitar esos bosques. Pero lamentablemente se ve maldad y codicia en personas que no quieren el planeta y lo están destruyendo, sin importarles nuestro futuro.
Bien se sabe que este fuego no fue iniciado por orden de la naturaleza , ya que tenemos la certeza de que han sido provocados ¿Por qué? Oro ¿qué otro mineral podría haber bajo esos deslumbrantes bosques?
Mas del 20 % de territorio de la provincia de Chubut esta comprendido por concesiones mineras otorgadas, pero más del 40% de la superficie ocupada por bosques nativos tiene ese status. El Gobierno otorga de manera irrestricta concesiones mineras, es decir, un pedazo de territorio a particulares, dándoles la posibilidad de poder desarrollar una explotación no deseada por la población que habita ese territorio o su entorno. Los derechos mineros están distribuidos en casi todas las regiones de la provincia. En varios sectores de la meseta las corporaciones mega mineras, actualmente, están abocadas a la búsqueda de minerales mas que su extracción. Pero en el sector de la cordillera, los minerales ya han sido descubiertos y cuantificados, por lo tanto figuran como minas registradas. Hay localidades como Cholilla, Epuyen, Esquel, y El Hoyo, que están completamente rodeadas de minas de oro registradas que esperan el momento propicio para explotarse.
El problema es que en la cordillera hay bosques, así como también hay lagos y ríos con sus nacientes y hay glaciares. Esas concesiones mineras, hoy se encuentran localizadas dentro de áreas comprendidas por los alcances de la Ley de Bosques, la Ley de Glaciares, la Reserva de la Biosfera, las Áreas Naturales Protegidas provinciales legalmente constituidas y los ejidos de municipios que cuentan con Ordenanzas que prohíben la minería con uso de sustancias toxicas. En esa zona, se incendiaron 60 mil hectáreas de bosque.
Normalmente uno se preocupa o comienza a ocuparse cuando el problema le afecta directamente. Estamos transitando por un momento de apatía generalizada, donde se vive el día a día, sin parar un momento a ver que es lo que sucede un poco mas allá a nuestro entorno. Así es como estamos permitiendo que nuestro futuro quede en manos de los Estados y empresas que nos han hecho desviar el foco de atención de las cosas importantes, distrayéndonos con asuntos superficiales y banalidades. Una sociedad que piensa que lo que sucede en un determinado lugar lejano, no afecta en los otros.
Entonces, hoy, el riesgo es por indiferencia, desconocimiento, omisión o complicidad activa, dejamos pasar por delante de nuestras narices la discusión del modelo extractivista, cuya implementación se viene realizando en Argentina de manera vertiginosa, por supuesto que sin consulta a las poblaciones directamente involucradas, y ni hablemos de hacer una mención a nivel nacional.
No estaría señalando nada nuevo si le digo que en el norte de Argentina vienen transitando con este problema hace ya años. En la Patagonia dieron un paso sumamente revelador incendiando nuestros bosques. Lo próximo es dejarnos sin agua y un ambiente contaminado, nada mas ni nada menos que los bienes esenciales a la vida humana, devastados por el uso de explosivos e insumos tóxicos para poder extraer el oro que protegían nuestros bosques milenarios. Bienes comunes a los que tenemos derecho al goce y disfrute todas las personas y las generaciones tanto actuales como futuras.
Por lo tanto, seguimos sumando a nuestro territorio terreno desierto, agua y aire contaminados. Eso es lo que tendremos en los próximos años si permitimos que esto siga avanzando: tóxicos y devastación. 
Estamos en una época en la que resulta indispensable sensibilizar a toda la humanidad sobre la función vital que desempeña el agua potable, que queda poca y que por la devastación de los bosques, contaminación y negocios inmobiliarios, se nos va yendo de nuestras manos.
Vuelvo a repetir, debemos ser conscientes de que nos están despojando de un derecho humano y nosotros lo estamos permitiendo. Nos hemos transformado en el hijo bobo de la madre tierra, que de a poco se está despabilando, pero mientras tanto y velozmente por codicia, se sigue creando un futuro para nuestras generaciones muy incierto.
Deseo profundamente que sea tan simple como poder alzar su voz, tan escuchada y respetada, y que comience una época de conciencia, respeto y preservación de lo que nos queda.
Por ahora, solo resta esperar que la suma de los esfuerzos ciudadanos sea capaz de equilibrar la balanza ante el gigantesco poder de estas trasnacionales, y que sea también un factor de presión para que los poderes de los Estados no sigan desviando la vista de las consecuencias de esta actividad. Pero la realidad es que hoy fluimos a ciegas dentro de este sistema y la balanza todavía no esta equilibrada. Los bosques ya no están, porque no tuvimos la inteligencia colectiva de defenderlos, a pesar de que esta catástrofe era predecible. Así como también es predecible que las minas sean explotadas, y que dentro de solo algunos pocos años, estemos sufriendo las gravísimas consecuencias. Es evidente que seguimos por el mismo camino. Para lograr un cambio, necesitamos mas peso de nuestro lado.
Mientras nos esta sucediendo una perdida a nivel mundial, pareciera que apenas somos muy pocos los que estamos consientes de lo que esta sucediendo. Necesitamos ayuda. Ayuda para lograr la intangibilidad de las tierras afectadas, transformándolas en patrimonio de la humanidad. Estamos hablando de un territorio único e inigualable.
Sinceramente, no estoy segura de lo que Usted podría hacer al respecto. Lo dejo en sus manos. Confió en su buen corazón e influencia política.
Mis palabras representan un grito de ayuda con fe y esperanza a un cambio.
Me despido cordialmente.

Irupé Falabella.


1 comentario:

  1. Gracias querida Irupé!!!
    Enloquecí cuando comenzaron los incendios!!! Intuí que fueron intencionales...Recé, recé, recé, cada día, cada hora. Lloré por esos árboles majestuosos, por esa fauna indefensa, por la vida que matábamos sin piedad!!!
    Que Dios y la Pacha Mama nos perdone por tanta iniquidad, por tanta maldad, por tanta indiferencia, y sobre todo, por tanta ambición! Gracias otra vez Irupé! Se que el Santo Padre te leerá. Se que el está tan preocupado como nosotros por el ambiente en el Planeta. Que Dios te bendiga querida amiga!!!

    ResponderEliminar

SI TE PARECIÓ INTERESANTE EL CONTENIDO, TAMBIÉN PODÉS VER LAS NOTAS ANTERIORES MÁS VISITADAS...