17/7/20

VÍCTIMAS EN ZONA DE SACRIFICIO


El título de la nota es el nombre de un libro escrito por Lidia Astudillo Corona, autora chilena y profesora en letras, comprometida con la defensa y protección del ambiente en su país, a quien tengo el gusto de conocer por las luchas compartidas...

El libro puede ser bajado de aca:

La autora ademàs posee un blog, donde escribe de manera independiente y denuncia la avanzada del modelo extractivista en su zona:

Como educadora, también es consciente que el cambio de paradigma empieza por las futuras generaciones:

Además, el libro tiene una página de facebook, donde cada tanto su autora publica fragmentos del texto, con fotos y videos de esa zona de sacrificio: https://www.facebook.com/QtroV/


EL CONTEXTO:

Lidia Astudillo Corona escribe interpelando de una manera particularmente filosa, ya que indaga respecto de la conciencia relajada de la población, en un país cuyo devenir histórico está signado de una manera muy despiadada por el extractivismo en todas sus formas y en especial por la megaminería. Al mismo tiempo, cuestiona la idiosincrasia y el imaginario social forjados en esa coyuntura, donde la principal aspiración personal del ciudadano común consiste en ganar dinero para alcanzar y mantener niveles de confort y consumo, para tener estatus y prestigio social. Cuestiones que ademas de superficiales y banales, resultan insostenibles para el mantenimiento de la vida en el planeta.

Las consecuencias de ello están a la vista: hoy Chile está atravesando una crisis profunda, producto de las enormes inequidades sociales generadas precisamente por el modelo extractivista. Estas inequidades dieron lugar a los masivos estallidos sociales y manifestaciones ocurridas el año pasado y que pusieron a Chile en el centro de atención de la opinión pública mundial, como una clara y contundente muestra del fracaso del capitalismo corporativo globalizado, otrora representado figuradamente como el "sueño americano".

El sistema educativo de ese país es uno de los principales responsables de haber llegado a esa situación: una gran parte de los niños, jóvenes y adultos no saben cuestiones elementales, como por ejemplo, de donde viene el agua que consumen, menos aun respecto de la importancia de proteger sus fuentes. Por el contrario, grandes sectores de la población tienen la errónea idea de que el desarrollo y el progreso generan trabajo, que trabajar en las grandes corporaciones representa un estatus de prestigio dignificador de la persona y que esa es la única forma de ganar dinero...

Y por qué debemos prestar atención en Argentina a esto que ocurre en Chile? Primero, porque lo que se está destruyendo con esta manera de obrar y pensar es nuestra casa común. Pero además, porque en nuestro país (y sobre todo en la zona cordillerana) se nos presenta al modelo chileno como ejemplo a seguir, un ejemplo que hoy nos está mostrando de una manera muy cruel y descarnada el fracaso de la humanidad en todos sus aspectos y su inminente colapso, en caso de no haber un pronto y necesario cambio de paradigma...


La secuencia muestra dos fotos de un sector de Quintero denominado El Papagayo, una de 1950 y otra de 2017. En la más antigua se observa una hermosa playa tranquila con su arena y el agua transparente que permite ver su fondo. Esta playa hoy está desaparecida por la extracción masiva del huiro (alga marina costera) para consumo humano, dejando al desnudo un roquerío erosionado por el oleaje intenso devenido tras esta extracción. El otro detalle es el avance del cordón industrial que se ve detrás en la foto actual, llegando las industrias hasta el borde mismo del mar, a donde evidentemente vuelcan sus vertidos, generando la desaparición de casi toda forma de vida marina en la zona.


EL LIBRO:

Analizado el contexto, pasemos a la obra, pero qué decir? Hacía tiempo que no me sentía cautivado por la lectura de un libro nuevo. Porque, varias veces me ha pasado de sumergirme en las paginas de una obra literaria y terminar atrapado por las historias o relatos... Supongo que a ustedes también.

Pero en el aquí y ahora, llega a mis manos y a mis ojos un texto en la que al menos yo imbuido en su lectura, puedo captar un trabajo intelectual, muy sutil y de alto vuelo, de intentar despertar la sensibilidad del que lee, desde distintos y diversos planos, teniendo en cuenta el contexto antes descripto y la apatía generalizada en Chile por tratar y debatir estos temas. La autora juega todas sus cartas, de manera desafiante desde el principio y sugiriendo a quien se aventure a transitar sus páginas que lo puede dejar en cualquier momento. En lo que a mí respecta, esa sugerencia se me representa como una advertencia: la obra es apta únicamente para portadores de conciencia digna; y es una invitación a trabajar la perceptividad desde lo emotivo, abordando un tema muy delicado, como lo es la vida en un lugar que ha sido destruido por el modelo extractivista desde hace ya más de una generación.

Victimas en Zona de Sacrificio es una exposición de vidas y sucesos vinculados a los megaemprendimientos industriales en torno a la localidad de Quintero, en la costa del centro de Chile. A pesar de la advertencia del prólogo, no resultará difícil transitar sus páginas al percibir la intencionalidad de la autora, así como su sentido de pertenencia a ese lugar, su lugar, del cual en un momento de su vida debió marcharse.

Quintero era un importante balneario turístico, que despertaba el interés incluso del otro lado de la cordillera. De hecho, yo cuando niño, en 1980, fui llevado por mis padres a veranear en esas hermosas playas que hoy ya no existen más...

El libro arranca con definiciones contundentes de lo que genéricamente es ser una víctima del modelo extractivista y en particular serlo en una zona de sacrificio. Ya en ese punto de la lectura, la poderosa pluma de Lidia Astudillo Corona es capaz de humedecer la vista, mientras van surgiendo fuertes interrogantes: ¿Como es que se llegó a este estado de las cosas, dominado por la desidia y la negligencia de permitir que la maquinaria del saqueo y el despojo guíe el destino de un pueblo, dando por sentado los hechos consumados que pretenden imponer el sacrificio como condición irreductible del desarrollo y el progreso...?
Hay frases muy contundentes que en verdad me impactaron: Esas definiciones de víctima al comienzo... Resulta muy difícil detallar el cúmulo de sensaciones que se destilan cuando una de esas víctimas muere en la zona de sacrificio. Pero la autora encara ese derrotero con una soltura en la descripción de cada detalle, que coloca sin más al lector en las situaciones narradas... y lo interpela.
A lo largo del libro se destaca la mención de cada industria contaminante con el año que se fue instalando, a modo de título de pequeños capítulos, que no se explayan en eso, sino que relatan (de manera ficcionada e intuyo autorreferencial) fragmentos en la vida de personajes del lugar: amoríos, desencuentros, sueños, deseos y frustraciones. Se insinúa cierto paralelismo entre las desventuras de los personajes y la aceptación implícita de condiciones de vida insanas: pareciera ser que la toxicidad del medio trasiega en la toxicidad en sus decisiones de vida. La autora nos muestra cómo la contaminación no sólo destruye la salud física de las personas, sino también su corazón y su alma.

Todo transcurre en un sitio, que en sus orígenes evidentemente ha sido paradisíaco y de a poco fue convertido en un sumidero industrial, que la sola mención de esa condición incomoda y avergüenza a locales y foráneos; que impone padecimientos y exilios, pero que aun así toda esa carga no logra despertar una masa critica capaz de accionar para cambiar ese destino aciago. Sobre esto también la autora busca despertar interés.

el texto tiene amplios espacios en blanco estratégicamente ubicados. Supongo que dada la intensidad de la obra, habrán sido pensados para ir tomándose pequeños respiros en la lectura e ir sacando conclusiones parciales, o sencillamente para que los mas susceptibles abandonen en estos espacios su lectura, tal como se propone al principio...
Por más entrampado que parezca a primera vista el desarrollo de los relatos, la conclusión que queda flotando en el aire es que a pesar todo, se puede salir de esa condición ("tomarremos al destino por las astas") si realmente se tuviera la convicción de hacerlo,desterrando el estado generalizado de indiferencia actualmente vigente; y que la forma es únicamente luchando, no solo para liberarse del yugo opresor, sino de todo el cúmulo de prejuicios y estigmatizaciones que bloquean cualquier intento emancipador... Es en ese ámbito, creo yo, en el que se insertan las citas iniciales a Cervantes y El Quijote.
La secuencia en un principio no es necesariamente lineal, sino mas bien desordenada y es el lector el que tiene que tomarse el trabajo mental de ir armando el rompecabezas que se le presenta, pues en el fondo, Lidia Astudillo Corona también está planteado que el pensamiento crítico es algo que debe ser ejercitado... Por eso es que por sobre todo, procura que el público se despabile de la pereza intelectual en la que nos ha sumido la mundanidad moderna... ¿Cómo despertar sino la toma de conciencia, la percepción sensorial, la empatía o el sentido de pertenencia a la tierra en el lector, condiciones fundamentales para intentar modificar una realidad cruel que mata por dinero?
A mí la fórmula me parece totalmente original y genuina, por eso, posta, les invito de onda a leerlo...

3 comentarios:

  1. Imposible no sentirse motivada a leer el libro. Tu propia experiencia atravesada por la lucha por un ambiente sano, por la preservación de los bienes comunes, hacen que tu análisis sea tan movilizante y cautivante. Excelente material!

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  2. que maravilla de blog Tiene magia
    un abrazo de una argentina que vive en Miami

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