La megaminería en Chile tiene una historia muy larga y amplia y durante mucho tiempo ha sido el sostén de la economía del país. Actualmente dicha economía está bastante diversificada, debido principalmente a que la empresa más grande de ese país, la estatal CODELCO se ha convertido en una empresa privada con mayoría accionaria controlada por grandes corporaciones extranjeras. Por esta razón, la megaminería ya no es la principal fuente de ingresos del Estado, pasando a ser dicha fuente de recursos, los impuestos regresivos que se le aplican a la población (IVA, Ganancias, etc.), la cual, obviamente, termina solventando las inversiones necesarias para llevar a cabo el plan devastador del saqueo megaminero en ese país, que cuenta con facilidades extraordinarias, tal como sucede en Argentina y el resto de los países latinoamericanos.
El Proyecto Andina 244
Una de las novedades más importantes de estos últimos tiempos ha sido el anuncio de la ampliación de la Mina Río Blanco, también conocida como División Andina, bajo la denominación de "Andina 244", ubicado en la cabecera del mencionado río, en el límite entre la Vª Región y la Región Metropolitana, a unos 30 km. de la ciudad de Los Andes y a 20 km. del límite internacional y de la ruta que une Mendoza con Santiago (Ruta Nacional 7 Argentina y Ruta Nacional 60 Chile, vía conocida también como "Corredor Bioceánico"); el otro dato relevante de la ubicación es la distancia a la capital, Santiago, que es de 45 km., una ciudad de 6 millones de habitantes localizada al sur, aguas abajo y potencialmente en riesgo de recibir toda la contaminación derivada del proyecto (como se verá a continuación, se está efectuando una obra de proporciones descomunales para intentar evitar esto). El estudio de impacto ambiental ha tenido severas observaciones por parte de diferentes sectores, especialmente los ambientalistas, que destaca la cercanía del mismo al principal sector glaciario del centro de Chile: los Glaciares Olivares y el impacto que ha tenido la operación de esta mina y otra adyacente en la aceleración del retroceso de uno de ellos.
Cabe destacar que la mina Río Blanco, de CODELCO, se ubica junto a otra explotación megaminera de proporciones similares, que es la Mina Los Bronces (antiguamente denominada La Disputada), perteneciente a la megaminera Angloamerican (muy conocida en Mendoza por las trapisondas cometidas por sus representantes argentinos en la Laguna del Diamante, al momento de la ampliación del área natural protegida homónima). Las dos explotaciones adyacentes están en fase de prefactibilidad para ser ampliadas a escalas descomunales: División Andina pretende ser la mina de cobre más grande del mundo; y Los Bronces, la quinta de este tipo, también a nivel mundial.
Ubicación de las explotaciones megamineras de División Andina y Los Bronces
Detalle de las minas Río Blanco (División Andina) y Los Bronces (ex La Disputada). El aspecto "sucio" que presenta la cobertura nívea en la primera de estas revela que las faenas se continúan haciendo aún en invierno, estando activas las voladuras y el acarreo y deposición de gangas en las escombreras.
En esta imagen (igual a la anterior) se han destacado con figuras traslúcidas, la superficie aproximada de las conformaciones actuales de las explotaciones mineras de marras y su proyectos de ampliación.
El problema de los deshechos (relaves)
La enorme cantidad de deshechos generados en las explotaciones mineras tras el proceso de separación de los minerales de las rocas que los contienen, son dispuestos en enormes superficies a la intemperie, los que son en cierta medida adecuados para tal fin con dispositivos e infraestructura no del todo confiables. Estos depósitos se denominan diques de colas o tranques de relaves, y allí termina depositada la sopa química conformada por los restos de material triturado mezclado con los lixiviantes. En Chile hay alrededor de 450 de estos sitios. La mayoría de los tranques de relave existentes pertenecen a explotaciones mineras abandonadas que no han tenido un Plan de Cierre y siguen representando el mismo peligro potencial que como si se trtara de explotaciones activas.
Debido a la intensificación del proceso extractivo en División Andina y Los Bronces, desde hace unos 15 años, ambas explotaciones comenzaron a tener problemas con la disposición de los deshechos generados durante el proceso de lixiviación, ya que los emplazamientos originales se vieron colmatados y comenzaron a haber filtraciones en las cabeceras de los ríos afluentes del Aconcagua y el Mapocho, que son las dos cuencas involucradas, donde se ubican las ciudades más importantes de ese país: Santiago, Valparaíso y Viña del Mar, a las que se agregan otras como Los Andes, San Felipe, etc.
La solución propuesta por las corporaciones mineras fue construir unos diques de cola o tranques de relave en zonas apartadas de las explotacones, de un tamaño muy considerable (entre 3000 y 5000 hectáreas de superficie), diseñados como para depositar allí los deshechos durante uno o dos siglos más de explotación, según los informes técnicos.
Para llevar los deshechos desde el área de explotación hasta los nuevos tranques, se construyeron conducciones a través de túneles, canales y tuberías, denominadas "concentraductos". Estas líneas de conducción de efluentes mineros atraviesan numerosos cordones montañosos y valles, en parte entubados y en parte al descubierto, con un recorrido total de 80 km. el de Minera Andina al Tranque Ovejería y 60 km. el de Los Bronces al Tranque Las Tórtolas.
Junto a los tranques se han construido plantas de recuperación secundarias para extraer más minerales de esos deshechos, con lo cual se adiciona un factor contaminente mayor. Tanto los lechos de los tranques, así como los propios diques de contención NO POSEEN MEMBRANAS IMPERMEABLES, dependiendo este punto exclusivamente de la compactación de los materiales del propio dique y lecho
En esta imagen se observa la localización de las explotaciones mineras, los antiguos tranques colmatados y los nuevos que ya están construídos a decenas de kilómetros de distancia del sitio de extracción, con la traza de los concentraductos que llevan el material de deshecho del área de explotación al sitio de disposición final. En rojo el que une la División Andina con el Tranque Ovejería y en amarillo el que une Los Bronces con el Tranque Las Tórtolas.
Detalle del área donde se ubican los tranques de relaves (diques de colas) nuevos. La localización es entre las rutas nacionales 5 (carretera troncal de Chile) y 57 (Corredor Bioceánico). El Tranque Las Tórtolas está a 10 km. de la Ciudad de Colina y a 30 km. del borde del Gran Santiago, el otro está 10 km. más alejado. Los dos tranques están situados a ambos lados del valle agrícola de Chacabuco, irrigado por el Río Colina
El riesgo de contaminación que generan estos cuerpos de agua tóxica es muy grande, ya sea por infiltración, escurrimiento, localización en cabeceras de cuenca, zonas falladas y de riesgo sísmico y para la fauna, especialmente las aves migratorias que aterrizan en esos falsos humedales y se mueren intoxicadas al tomar contacto con esos líquidos.
Otro detalle no menor lo constituyen los disparatados proyectos anexos a estos cuerpos de aguas contaminadas: en el caso del Tranque Ovejería, CODELCO está desarrollando un ambicioso plan de forestación en el entorno del tranque, irrigando los predios con esa misma agua deshechada del proceso minero. Angloamerican ha construido una enorme planta junto al Tranque Las Tórtolas para seguir extrayendo metales de los deshechos transportados hasta allí, efectuando una segunda y más intensa lixiviación en el lugar.
La experiencia personal de haber estado en el entorno de estas megaexplotaciones
De tanto ir y venir por el corredor biooceánico, un día se me ocurrió recorrer en detalle el sector chileno, conociendo cada uno de los asentamientos humanos, su historia y naturaleza. Así fue como en el año 2000 ingresé desde la localidad de Río Blanco por el camino a Saladillo, que es el acceso a Minera Andina, la intención era llegar a la explotación. Obviamente, eso no pudo ser: ya en la entrada al valle explotado, apenas pasada la piscicultura de Saladillo, hay un control de acceso que impide el paso de particulares ajenos a Minera Andina. En ese lugar existe una población con varios edificios tipo monoblock que cubren el estrecho valle a modo de anfiteatro cementicio, allí residen los miles de trabajadores empleados en la explotación. El mismo año pretendí llegar a Los Bronces, entrando desde Lo Barnechea (NE del Gran Santiago) con el mismo infructuoso resultado.
En el año 2006 estuve en Lo Barnechea, invitado por ese municipio a exponer sobre turismo y áreas protegidas, y allí pude tomar contacto con varios referentes del turismo local, quenes expresaron el drama de convivir con una corporación minera transnacional que controla todos los hilos de los poder del estado y maneja los detinos de la región a su antojo, sin importarle demasiado el interés de la población.
Vista desde la cumbre del Cerro La Paloma, adyacente a Minera Andina, parte de cuyas faenas se observan en el fondo del valle, que pertenece a las cabeceras del Río Blanco (o lo que quedan de ellas). El cerro alto que se ve detrás es el Aconcagua, su cercanía (50 km. en línea recta) refleja la proximidad del problema que pueden representar para los mendocinos estas gigantezcas explotaciones. Foto: Panoramio.com
Capacidad de carga ámpliamente rebasada...
La construcción de estos enormes lagos químicos que representan los diques de colas situados a decenas de kilómetros de las explotaciones y todo su complejo sistema de conducción, constituye la prueba principal de que la megaminería en Chile ha superado con creces la capacidad de carga del ecosistema, ya no en los sitios puntuales donde se ubican las explotaciones, sino a nivel ampliamente regional o incluso nacional, generando un problema ambiental severo y un riesgo de proporciones descomunales (ambas cuencas, Aconcagua y Mapocho, concentran la mitad de la población de Chile: 10 millones de habitantes) y que la contaminación generada por la megaminería hidroquímica en ese país ya no puede ser contenida ni circunscripta de ninguna manera que no sea generando un daño aún mayor. Aún así, se proyecta ampliar estas explotaciones y su operatividad a más del doble del tamaño en que se desarrollan en la actualidad.
No se puede cejar de mencionar que estos mega-proyectos de ampliación de explotaciones que ya son de envergadura mega, han generado en la población un marcado rechazo tanto a nivel asambleario autoconvocado como así también por parte de algunas instituciones oficiales que han tomado una posición muy crítica tras años de padecer las consecuencias ambientales, sociales y económicas de la megaminería hidroquímica.
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