27/10/10

CONMOCIÓN...

   
Sí, conmoción, pero estrictamente ajustada a la definición médica del término: “Estado de aturdimiento o alteración abrupta producido por factores externos”.
La muerte del hombre que detenta el poder absoluto en el país no es una cosa alegre para nadie, por encima de cualquier diferencia, menos aún (y por si alguien lo viera así), no es para nada la salida más apropiada de un modelo de detentar la suma del poder político que muchos venimos luchando para cambiar desde hace muchos años, porque naturalmente siempre pensamos que el reemplazo de ese modelo se canaliza con el devenir de la historia y a través de los mecanismos (limitados o no) que brinda esta suerte de democracia.
La construcción de NK era de neto corte personalista y como tal no incluía una sucesión o reemplazo natural, era evidente que lo más importante (tanto para él, para sus seguidores, como así también para los opositores), no era la ideología, el proyecto o el movimiento, sino la propia imagen y consecuentemente la inclaudicable vocación por posicionarse como la referencia central de la política argentina, a partir de la cual se debían situar el resto del cerco político y la corporación empresaria y mediática. Por esta connotación de su figura, evidentemente han de quedar una gran cantidad de seguidores a la deriva; mis condolencias para ellos, respeto y congoja.
Quisiera ser optimista y pensar que tendremos un tiempo de reflexión a cerca del futuro del país, pero me cuesta horrores, porque es indudable que ya estarán merodeando, en medio de este sorpresivo acontecimiento y con un cadáver todavía tibio, una horda de caranchos (leales, testaferros y algunos otros arrimados, quizás también opositores) que de ahora en más tratarán de picotear semejante torta de poder, ahora está disponible al mejor postor,  porque el poder no soporta el vacío, pero bue… ya está, eso por ahora es harina de otro costal, y la discusión momentáneamente quedará en stand-by para cuando pase el duelo nacional.
Sólo me queda agregar que, guardando el recogimiento que amerita la situación, no deberíamos hacernos tanto eco del inexorable circo que siempre deviene de la muerte de alguien tan famoso e influyente, porque el show de la democracia debe continuar y nosotros no podemos distraernos ni un segundo de más.

PD: queridos amigos, creo que la enseñanza de todo esto es que no descuidemos nuestra salud, cuando el galeno nos diga que bajemos un cambio, hagámoslo, porque independientemente de las creencias, después de la muerte no se puede hacer nada...

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